Mediante un documental visibilizaron la importancia de trabajar en la inclusión de las personas con diagnóstico de autismo en diferentes ámbitos de la sociedad.

En el marco de la proyección del documental, Fausto También, sobre la primera persona con autismo en ingresar a una universidad en Argentina, la ministra de Derechos Humanos y Justicia, Pamela Calletti y la secretaria de Discapacidad y Políticas Inclusivas, mantuvieron un encuentro con Mercedes Torbidoni la mamá de Fausto quien además está a cargo de la fundación homónima.
 
Durante el encuentro, intercambiaron estrategias para avanzar hacia la apertura en relación a la inclusión educativa acompañada por la integración de todos los estudiantes, las familias y la comunidad educativa en su conjunto. Este objetivo debe venir acompañado de espacios de sensibilización y la difusión de información sobre personas diagnosticadas con autismo, con miras a garantizar plenamente el cumplimiento de sus derechos y mejorar su calidad de vida.
 
“Esta trayectoria que refleja la película, del paso de Fausto por distintas instituciones, atravesando barreras y encontrando personas que allanaron el camino, es una muestra de que a pesar de un diagnóstico, el cual termina siendo una etiqueta, no hay límites ni un techo, por lo tanto no hay que aferrarse a ese diagnóstico”, expresó la mamá de Fausto.
 
Además, Mercedes relató que el documental se hizo durante un año y medio, donde Fausto transcurrió la última etapa del secundario técnico y el ingreso a la universidad; a través de una iniciativa de Juan Manuel Repetto, el director, producto del interés que despertó una persona con diagnóstico de autismo estuviera intentando ingresar a la universidad.
 
Sobre el documental, Mercedes Torbidone destacó que las situaciones que se registraron no estuvieron preparadas, sino que se filmaron de manera natural acompañando las actividades cotidianas de Fausto, los recorridos de un lugar a otro, el viaje de egresados, la primera entrevista para ingresar a la universidad, también fueron registrados los testimonios de los profesionales, quienes hoy son asesores en la Fundación Fausto También.
 
“Fausto hace lo que le gusta, se esfuerza mucho en la facultad y está interesado en conseguir un trabajo ya que es aficionado a la informática”, finalizó.