Con este proyecto se espera que por primera vez se tenga un procedimiento para actuar ante casos de violencia de género. |
El proyecto, que será elevado al Ministro de Salud, fue impulsado por el Observatorio de Violencia contra las Mujeres con la participación de equipos de la Secretaria de Salud Mental y del Hospital Papa Francisco.
Se espera que, por primera vez, Salta cuente con un procedimiento que guiará a médicos, enfermeros e incluso al personal no médico de los servicios de salud, para actuar ante casos de violencia de género.
“Este protocolo único surgió del trabajo que hicimos con Hospitales y Centros de Salud, a partir de conocer las condiciones de trabajo diarias del personal sanitario y detectar la necesidad de un instrumento único que sirva de guía de acción ante casos de violencia”, explicó la directora María Laura Postiglione, que estuvo a cargo del proyecto.
La secretaria de Salud Mental, Claudia Román Rú recordó que se viene trabajando en este protocolo hace algunos meses, ya que al tratarse la violencia contra las mujeres de una problemática compleja, se involucró a Salud Pública y a las áreas de soporte jurídico. “La detección se dará en hospitales y centros de salud, pero a partir de allí es necesario organizar una red de apoyo que contenga a las mujeres y a sus familias”.
El protocolo señala tres momentos a tener en cuenta: detección, valoración (medición de riesgo), e intervención sanitaria. Con el mismo se procura dar cumplimiento a la normativa vigente en esta materia.
Se incluyen indicadores de sospecha ante casos de violencia y se enumeran las afecciones clínicas asociadas de acuerdo a la Organización Mundial de Salud (OMS), dos herramientas fundamentales para cuando la persona no expresa estar sufriendo violencia. Asimismo, incorpora un instrumento que permitirá al personal interviniente hacer una medición del riesgo. Para la fase de intervención, se acompaña una guía de recursos para el personal y un documento unificado para el registro del caso, mediante el que se deja constancia de qué estado clínico tiene la paciente y que puede servir además como prueba en instancia judicial.
“Una de las propuestas más importantes es crear un circuito donde cada centro de salud u hospital tengan un equipo referente de violencia. De esta forma, no queda librado a la decisión de cada persona qué hacer frente a un caso, sino que la intervención se institucionalizará y, por ende, esperamos que el sistema mejore en la respuesta que se brinda a las víctimas”, manifestó Postiglione.
En el marco de esta labor, se realizan capacitaciones a fin de preparar al personal para la puesta en vigencia de este protocolo.
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Publicado: 08 Septiembre 2017